Ceniza procedente del volcán Sangay cayó sobre Guayaquil. El fenómeno fue más intenso hacia el mediodía de este domingo. En el norte los vecinos de La Atarazana, FAE, Bella Aurora y Naval Norte fueron sorprendidos por el hecho.
Muchos observaron cómo el polvo volcánico cubrió sus viviendas, vehículos y, además, la ropa que estaba tendida en sus patios. La mayoría optó por cerrar las ventanas y asegurar los marcos de sus puertas. El cielo, a ratos estuvo oscuro.
El Municipio y el Consejo de Seguridad Ciudadana de Guayaquil hicieron un llamado a la población para que implemente medidas a fin de evitar problemas en la salud. Del mismo modo, insistieron en el uso de las mascarillas y gafas.
El aeropuerto José Joaquín de Olmedo cerró temporalmente sus operaciones hasta recibir la autorización de los organismos competentes para reanudar los vuelos.
La Secretaría de Gestión de Riesgos monitoreó al coloso y exhortó a los ciudadanos a no frotarse los ojos, y a protegerse la nariz y la boca para no aspirar el material volcánico.
El paso de vehículos levantó la ceniza en avenidas como Cosme Renella (FAE), Plaza Dañín (entre La Atarazana y La FAE), Democracia (Los Álamos), entre otras del sector.
Los dueños de tiendas y locales comerciales intentaron proteger los productos y alimentos del polvo proveniente del Sangay.
Este volcán es más activo del país, a pesar de que solo entró en erupción cuatro veces en la historia registrada. De acuerdo al Instituto Geofísico de la Politécnica Nacional, la última fue en 1628 y se mantiene hasta el día de hoy.
La montaña se encuentra en la provincia de Morona Santiago y tiene una altura de 5.230 metros sobre el nivel del mar.
Historiadores revelan que el nombre del volcán proviene de la palabra “Samkay”, término indígena cuyo significado al español quiere decir: “espantar”. (I)
Fotografías: Henry Andrade/Atarazana GO