Este sábado 5 de diciembre, una estrella brillará más que nunca en el firmamento. Su incandescencia se verá reflejada en Guayaquil, concretamente en la cancha de básquet del Parque Central de la ciudadela FAE.
Ese astro tiene nombre y apellido. Se trata de Carlos Palacios, destacado exbasquetbolista fallecido hace 5 años y a quien deportistas, dirigentes de esa disciplina, amigos y familiares rendirán un homenaje en ese espacio donde demostró toda su luz y su potencial.
Paúl Armendáriz, residente de la FAE desde hace 42 años, es uno de los organizadores de este tributo póstumo al denominado “Zurdo de Oro”, en este sector.
Él, junto a otros amigos y vecinos practicantes del baloncesto, creó una confraternidad que acoge a un centenar de personas aproximadamente.
Hace varias semanas jugando con estos allegados vieron a uno que era zurdo, lo cual les trajo el recuerdo de Carlos Palacios. Es ahí cuando nace la idea de rendirle este homenaje.
“Nos juntamos todos quienes compartimos cancha con Carlos para organizarnos. En la confraternidad está la gente de la vieja guardia, la intermedia y los jóvenes. Él dejó un legado en el barrio, en la ciudad y en el territorio ecuatoriano”, afirma.
Palacios tuvo una dilatada trayectoria en este deporte, siendo dos veces campeón sudamericano de clubes, además de seleccionado de Guayas y de Ecuador.
A nivel local también cosechó campeonatos.
Posteriormente se convirtió en entrenador en diferentes instituciones educativas y deportivas.
Hoy existen acercamientos con el Comité de la Junta Cívica de la FAE con el fin de que la cancha de básquet de esa urbanización lleve el nombre de Palacios.
Al evento asistirán la esposa e hija de Carlos, así como las personas con las que jugó por años, tanto en la FAE como en La Atarazana.
Del mismo modo, los organizadores prevén la entrega de placas conmemorativas para ambas.
Además del acto solemne, habrá varios partidos en los que intervendrán cuatro equipos de basquetbolistas del sector y de otros barrios de la ciudad.
En tanto, David Palacios, hermano de la desaparecida estrella del baloncesto porteño, dijo estar agradecido por este reconocimiento.
Pondera la calidad deportiva y como persona que tuvo su hermano, quien empezó a lanzar la bola a los 14 años aproximadamente.
“Fue muy querido y respetado por todo lo que hizo en el deporte”. (I)
Fotografías: Atarazana GO!