Los habitantes de La Atarazana y la comunidad católica viven momentos de regocijo y de fe durante los días previos a la Nochebuena.
Las adversidades y el dolor causados por la pandemia no han detenido, en ciertas familias, su espíritu navideño ni los deseos de recordar el nacimiento del Niño Jesús.
Si bien no se observa una gran cantidad de viviendas o departamentos con adornos alusivos a estas fechas -como en otros años-, algunos hogares colocaron ya desde hace varias semanas los tradicionales focos de colores, los árboles, las guirnaldas, las imágenes de Papá Noel, los renos, los muñecos de nieve, los pesebres y la estrella de Belén.
Por estos días, la Iglesia del Señor de la Buena Esperanza también recibe a muchos feligreses. Unos acuden para orar por los seres queridos que partieron; otros, en cambio, para pedir por la salud de sus enfermos. Asimismo, están los que van a escuchar el mensaje del sacerdote.
Adultos y adultos mayores participan en la eucaristía (la consagración del pan y el vino) bajo estrictas medidas de bioseguridad.
A las misas cotidianas que dirige el padre Alfredo García, párroco de este templo, se suman las tradicionales novenas de la época.
Atarazana Go! estuvo presente en la devota práctica realizada la noche del jueves 18 de diciembre, en el Parque de la Concordia.
A ese espacio arribaron al menos un centenar de personas, entre moradores de la ciudadela y creyentes de otros sectores.
Un grupo musical tocó los villancicos que fueron interpretados por el vecino y médico veterinario Eddy Alvarado.
Del mismo modo, tres adolescentes asumieron los roles de la Virgen María, José y del ángel que anunció el milagro de la llegada de Jesús.
El padre García se dirigió a los asistentes para explicar la importancia de este hecho bíblico.
La comunidad cristiana que se dio cita en el lugar escuchó el mensaje con atención, pero al mismo tiempo se deleitó con los cánticos de Alvarado en una noche muy espiritual y de reflexión.
Con el tema “Mi burrito sabanero” concluyó la penúltima jornada de rezos y festejos antes del 24 de diciembre.
Hogares coloridos
Si algo tienen en común los vecinos Luis Cortez, de la manzana N-2; Fernando Benítez, de la B-4; y la familia Bonilla-Pesantes, de la M-3; es que sus casas están entre las que tienen el mayor número de luces y adornos navideños de toda la ciudadela.
Así lo comprobó un equipo de este portal de noticias tras varios recorridos en las diferentes manzanas, calles peatonales y vías vehiculares.
La morada de Cortez, residente de La Atarazana desde hace más de 40 años, está en la avenida Nicasio Safadi; quienes transitan por allí se quedan sorprendidos por la abigarrada cantidad de adornos.
Centenares de luces atraen a los vecinos, especialmente los niños. Un Papá Noel de tamaño real y los adornos florales le dan un toque único a esta casa.
“Luchito”, como le dicen sus allegados de la zona, manifestó que se trata de una tradición heredada de sus padres, la cual data de hace varias décadas.
Al menos tres días le tarda arreglar la fachada de su hogar. En ese trabajo participan otros familiares.
En cambio, Rita Pesantes de Bonilla postergó por primera vez al 1 de diciembre la instalación de las luces y la colocación del árbol navideño.
Regularmente lo hace desde noviembre, pero en esta ocasión la demora se dio por unos arreglos al interior de la casa.
Por lo menos una semana se tarda en concluir la decoración total del inmueble. Todo lo hace en compañía de su esposo Héctor Bonilla, jubilado de las Fuerzas Armadas.
En su hogar ya no hay niños porque todos sus hijos son adultos y aún no les dan nietos.
“Nosotros ponemos estos arreglos navideños por la fe que tenemos. Cada año esperamos para recibir al Niño Jesús. Es una manera de recordarlo. Esto es una promesa que nos hicimos con mi esposo cuando compramos esta casa hace 12 años”.
Fernando Benítez, al igual que Cortez, también heredó de sus progenitores esa costumbre de adornar el domicilio cada diciembre.
No importa los días que tarde, para este atarazaneño lo fundamental es mantener esa tradición y el amor a Jesús.
Luis, Rita y Fernando perdieron a muchos amigos y a conocidos durante este año por la emergencia sanitaria. Lo que nunca van a perder es el deseo de recordar el nacimiento del Hijo de Dios.
La luz que irradian sus hogares es como una eterna flama que crece poco a poco cada mes, pero que se hace más visible en diciembre. (I)
Fotografías y videos: Atarazana Go!