La fiesta que había sido programada solo para unos 50 pequeños, aumentó a casi 130 invitados.
El Día del Niño es así: rompe los esquemas y planes de cualquier festejo.
El darles un rato de felicidad a estos pequeños e inocentes seres provoca este tipo de cosas.
La celebración que se organizó entre la tarde y noche del 1 de junio abrió las puertas para más participantes.
Hace muchos meses que el Rincón de Ruffo, un sector aledaño al parque principal de esta ciudadela, no era testigo de los juegos, las sonrisas, los gritos y la alegría de los chicos.
Vecinos agrupados en el Comité Pro-Mejoras Unión Cívica La FAE retomaron una fiesta que había quedado casi en el olvido: el homenaje a los más pequeños en su día universal.
La directiva encabezada por Piero Rivas y Fernando Pesantes, en coordinación con amigos y padres de familia de la ciudadela, decidieron que es hora de volver a realizar estas actividades.
Es entonces cuando cada uno de los miembros del directorio, de sus propios recursos y en algunos casos con la colaboración voluntaria de personas de su entorno, comienza a trabajar y a conseguir pequeños presentes como las bebidas, los dulces y los pasteles que entregarían a los niños en esta oportunidad.
Todos colaboraron en la armada de la carpa, la colocación de los globos, en adornar el parque y en la coordinación de la fiesta.
Hubo orden y cuidados sanitarios para que ningún menor quede expuesto.
Alrededor de las 18:15 iniciaron el festejo. A cada niño o niña se le entregó una funda de dulces, globos, jugos, pastel y más.
Del mismo modo, se organizaron pequeños juegos y hasta un concurso de adivinanzas. Cada actividad tuvo un pequeño incentivo. La idea general de esta celebración era rendir un tributo a los pequeños y acercar a sus padres a las labores que planifica la directiva Rivas-Pesantes.
El presidente del Comité destacó el apoyo de los vecinos en este evento.
“Nos dieron sorpresas, caramelos, globos y más. Nosotros como directiva queremos volver a unir a la ciudadela y ser como una familia. No podíamos dejar pasar esta fecha. Ellos han sufrido más que los adultos por la pandemia”.
Desde su óptica, muchos chicos, por la emergencia sanitaria se han olvidado los parques y se han aferrado a los videojuegos.
Rivas afirma que tienen planes para continuar con la gestión de integración y no descarta a futuro organizar una feria para los emprendedores o un festival cultural.
Sharon Sanyer, moradora de la FAE desde hace 22 años, llegó con su hijita Mía Andrade y su mamá a la fiesta.
Enfatiza que este tipo de eventos son un buen mecanismo para interactuar entre los miembros de la comunidad y generar vínculos.
Con ella coincide Teresa Castro quien acudió con sus nietas Keisha y Oriana Ramos.
Esta residente de la ciudadela desde hace 12 años reconoce que ya se estaba perdiendo la costumbre de rendirles un homenaje a los niños en su día.
“Gracias a este nuevo Comité hemos vuelto a revivir estos actos a favor de la niñez. Unos dulces, un globo y un sencillo acto también sirven para los chicos sonrían y sean felices”.
Unos minutos antes de las 19:30 la celebración concluyó.
Los niños y sus respectivos padres abandonaron el parque, pero sus risas quedarán grabadas en la memoria de todos quienes acudieron. (I)
Fotografías: Atarazana Go!