El equipo que representa a La Atarazana, en el torneo que se desarrolla en el complejo deportivo La Ferroviaria (Durán), volvió a las canchas la noche del viernes 25 de agosto.
El plantel tiene varios rostros nuevos y su objetivo es coronarse campeón del torneo Durán Sports, como se denomina a esta liga barrial con sede en el vecino cantón. Steeven Zambrano, Jean Santander, Dimitri Estupiñán y Cristian Troya, se sumaron a la escuadra.
En temporadas anteriores, El Parche jugó ya en este escenario, pero en otros torneos y con diferentes organizadores.
La semana pasada los “parchados” enfrentaron a dos planteles en la misma fecha: Fuerza Durán y C55.
En el primero de estos cotejos empató a cero goles y en el otro le tocó vivir una situación inusual, pues las luminarias del complejo fueron apagadas por disposiciones administrativas del complejo.
Esta medida tomó por sorpresa a los jugadores de ambos equipos que estaban en el pasto, a los árbitros asignados para el juego y a los hinchas de los respectivos planteles.
Cotejo sin goles
Cerca de las 20:00, El Parche y Fuerza Durán saltaron a la cancha para el enfrentamiento programado por los organizadores.
Los atarazaneños lucieron su clásico atuendo rojo con granate y sus rivales vistieron de azul y negro.
La primera jugada de riesgo la protagonizaron los “parchados” con un tiro libre que pasó por el área chica del arquero rival.
Los azules respondieron a través de un contraataque y una jugada con bola detenida, que inquietó al guardameta de los amarillos.
La nota curiosa de ese momento la puso un can color café y de tamaño mediano que invadió el gramado, mientras el balón se disputaba en la cancha que correspondía a El Parche.
La etapa inicial estuvo marcada por algunos roces entre los jugadores.
Hubo una acción que pudo cambiar la historia del partido a favor de los amarillos. En un pase entre líneas, Johnny Angulo intentó sombrerear al arquero rival, pero este la rechazó de manera incómoda y cuando parecía que el esférico ingresaba al arco, un defensa azul la mandó al córner. Se ahogó el grito de gol.
Fuerza Durán se lanzó al ataque. Hubo momentos del partido que fueron de ida y vuelta.
Una falta provocada por un “parchado” fue sancionada con tiro libre directo. El arquero de El Parche tuvo que extremarse para mandar la pelota fuera de su área. El juez central pitó el final de los primeros 20 minutos y los deportistas fueron a hidratarse y a escuchar las indicaciones de sus técnicos.
Para la segunda etapa no hubo mayores cambios en lo táctico. Se dieron algunas variantes de lado y lado. Lo que aumentaron fueron las acciones bruscas, quizás producto de la desesperación por anotar un gol.
Los elementos de ambos lados tuvieron que permanecer varios minutos en el césped, para recuperarse de sendos golpes.
El Parche atacó con vehemencia por el lado izquierdo. Tuvo algunas llegadas, pero sin causar mayor peligro.
En los “parchados” fue notoria la ausencia de dos elementos estelares: Jean Gárate, su conductor y encargado de los disparos con la bola detenida, y Jorge Luis Abad, su delantero más peligroso.
Un tiro libre desde una distancia aproximada a los 25 metros pudo romper el 0 a 0. El lanzamiento fue a favor de los amarillos, pero se estrelló en la base del palo izquierdo en relación al arquero. Caprichosamente el esférico pasó de una esquina a otra, sin embargo, no cruzó la raya de gol.
A los pocos minutos, en un lateral favorable a los atarazaneños, nuevamente la pelota transitó en el área azul y nadie la empujó a las redes.
Posteriormente a estas acciones ocurrió un hecho antideportivo que involucró a miembros de ambas escuadras.
Un jugador de El Parche lanzó un puntapié por atrás a un rival y luego un integrante de Fuerza Durán hizo lo mismo con un futbolista amarillo, que estaba en el piso. En ambos casos el árbitro debió mostrar la tarjeta roja directa, pero lo hizo solo con el “parchado” Fabián Terreros.
Desde todo punto de vista fue una decisión injusta del colegiado.
En la agonía del partido se presentó otra posibilidad para que el cuadro de La Atarazana consiguiera los tres puntos. Un error defensivo de los oriundos de Durán habilitó a Angulo, quien solo debía empujar la pelota. Sorpresivamente su tiro salió a un costado.
El espigado ofensivo no atinó a comprender lo sucedido. El árbitro central pitó la finalización del encuentro y ambas escuadras se fueron con las manos vacías.
Luces apagadas
Cerca de las 21:45, El Parche tenía que jugar otro encuentro, esta vez frente a los blanquiverdes de C55.
En los primeros minutos se tejieron jugadas de lado y lado, pero no todas fueron de riesgo en las respectivas áreas.
Un lanzamiento libre por parte de los “parchados” inquietó al arquero rival.
En respuesta, los verdes atacaron por izquierda. Un centro desde esa punta transitó por la zona defensiva de los amarillos, no obstante, se dictaminó fuera de lugar cuando un jugador conectó la pelota hacia el arco de El Parche.
Se produjeron dos jugadas más y, de pronto, las luces del complejo se apagaron. Todos se quedaron sorprendidos, pues no entendían lo que pasaba.
Tras varias consultas, trascendió que se trató de una decisión de los administradores del complejo, por la hora.
Organizadores del torneo, árbitros y capitanes de los dos equipos acordaron reiniciar el partido en una próxima fecha.
De inmediato, todos los presentes abandonaron el escenario, alumbrados con la luz generada por los postes que están en los exteriores del recinto deportivo.
A El Parche le tocó volver a Guayaquil sin goles ni puntos a favor. Así es el fútbol. (I)
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