La conferencia que dictó el activista Víctor Huerta Jouvín, en el auditorio principal de la Facultad de Comunicación Social (Facso), para promover una sociedad menos violenta, tocó la sensibilidad de varios estudiantes y maestros.
Una de esas personas fue la profesora y magíster Carolina Vásquez, quien con voz quebrada y visiblemente impactada compartió su propia historia; además hizo un llamado a sus alumnos para que se cuiden ante la escalada de inseguridad que azota al país.
Huerta Jouvín, director del Movimiento No Violencia Ecuador, acudió al auditorio Carlos Alvarado Loor, en donde narró con detalles el secuestro extorsivo del que fue víctima en 2020.
Cerca de las 11:00 el salón estaba repleto de jóvenes de diferentes semestres y carreras de la facultad (Comunicación Social, Diseño Gráfico, Publicidad, Turismo y Hotelería).
Junto a ellos también se vio a las principales autoridades, entre ellas el decano Troi Alvarado y el cuerpo de docentes.
En alrededor de una hora y cuarenta cinco minutos, Víctor Huerta contó los momentos traumáticos que vivió durante su cautiverio.
Recordó uno particularmente aterrador, cuando le colocaron frente a su rostro la cabeza decapitada de otra persona secuestrada por los mismos antisociales.
Así también explicó todos los antecedentes previos a su captura, entre ellos la trampa que le tendieron, en la cual participó una chica; y también la complicidad del administrador de la urbanización donde residía.
El alumnado escuchaba atentamente a Huerta Jouvín. Aunque su relato era espeluznante, a la vez era un testimonio de supervivencia y un ejemplo de que es posible restañar las heridas —tanto físicas como emocionales— después de esa experiencia.
A sus espaldas, desde un proyector, se mostraron imágenes —algunas crudas— y detalles en torno a la ilegal retención.
A ratos, el silencio de la concurrencia era tal, que solo se escuchaba en el auditorio la voz del conferencista guayaquileño, que un día decidió virar la página de su tragedia y llevar su mensaje contra la violencia a universidades, organizaciones públicas y privadas, así como a otros espacios.
Hubo un momento especial que enmudeció a todos. Aquello fue casi al final, cuando Huerta Jouvín dio paso a las preguntas de los presentes.
Fue entonces cuando la catedrática Carolina Vásquez tomó el micrófono y contó que su único hijo fue asesinado por la misma organización que secuestró al expositor.
Su testimonio fue dramático y conmovedor. La educadora rompió en llanto y les pidió a sus alumnos que tengan cuidado.
El expositor abrazó a la profesora. Aquel emotivo instante provocó que a más de una persona se le escaparan las lágrimas.
Otros estudiantes también compartieron que han sido víctimas de la violencia y que aún no logran superar el hecho.
Huerta aconsejó a los universitarios que no se involucren en las drogas y que analicen bien a las personas con las cuales se relacionan.
“Hay que tener cuidado con las publicaciones de fotos personales en las redes sociales”, afirmó.
La conferencia llegó a su fin y —tras varios minutos de interacción— los alumnos de la Facso despidieron con aplausos al activista. La organización se mueve en las redes sociales y en su página web: https://no-violencia.com/
Su dramática historia impactó a todos. Él es uno de los pocos sobrevivientes de la ola delincuencial que vive el Ecuador. El secuestro que marcó su vida para siempre, ahora es el principal eje de un mensaje contra la violencia, que se difunde en distintos ámbitos, con el objetivo de que cada vez más personas se sumen a esta causa. (I)
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