A mediados de los 80, el español Locky Pérez, periodista y locutor radial, dirigía uno de los programas de rock pesado más importantes de Guayaquil.
El europeo fue -posiblemente- el pionero en dar a conocer a varias agrupaciones formadas en su país de nacimiento.
Una de ellas es la madrileña Rosa Negra, que por esas épocas pegaba muy fuerte con dos temas hasta hoy inmortales: “Espejo del agujero” y “Paranoicos”.
El grupo liderado por Tony León se presentará este sábado 9 de marzo, en el bar Diva Nicotina, del barrio Las Peñas. Es el único recital programado en el territorio ecuatoriano.
Sus teloneras son Orión (Ambato) y Carbino (Guayaquil).
Los rockeros de la vieja guardia y a la vez amantes del metal español son los más ansiosos, por ver en el escenario a la icónica agrupación.
Atarazana Go! pudo conversar con León, líder y sobreviviente de la formación inicial. Se abordaron temas como el origen del nombre, el nacimiento de la banda, el boom del rock español en los años 80, lo que traen al concierto y más.
Les compartimos lo que fue la entrevista.
Es posible que muchas personas desconozcan o hayan olvidado el origen del nombre de la banda. ¿Por qué Rosa Negra? ¿De quién fue la idea de ese nombre? ¿Qué es una Rosa Negra o cómo debe ser vista en este caso para la banda?
Este nombre estuvo en una lista de otros que había. Lo decidimos entre la banda y la gente cercana a nosotros. Se lo estableció por unanimidad. Estuvo la opinión de todos. Define mucho lo que es la banda.
La rosa es la flor femenina por excelencia. Muy fuerte por fuera con espinas infranqueables y por dentro sutil, débil y bella.
Nosotros consideramos que los cuatro miembros de la banda éramos por dentro personas sensibles y sencillas, a pesar de las apariencias. Esa belleza interior nos definía bien. El nombre como tal nos impactó.
Encajó perfectamente. Nos convertimos en esa flor tan variada y tan deseada.
¿Por qué elegimos ser Rosa Negra y no de otro color? El color negro en los años 70 era la definición del rock. Estaban las chaquetas de cuero, las botas, las camisetas. La definición del negro no es en lo negativo. En este caso lo negro era el rock y nosotros amábamos el rock como no se puede amar de otra manera.
En Ecuador quienes seguíamos a un programa de radio dirigido por el colega español Locky Pérez pudimos conocer el heavy metal de ese país y de bandas importantes como Barón Rojo, Ángeles del Infierno, Obús, entre otras y Rosa Negra… Cuéntanos un poco ¿Cómo fue que se dio ese “boom” de las agrupaciones oriundas de España? y también ¿Por qué unas destacaron más y otras destacaron menos?
En esa época de finales de los 70 e inicios de los 80, nosotros veníamos de Mallorca con un sonido muy particular. Es el mismo que 8 o 10 años más tarde que como Rosa Negra surgió.
Veníamos de esa isla porque allá llegaban artistas de vacaciones, entre ellos Jimmi Hendrix. Él estuvo unos días en Mallorca y tocando en una sala conocida. No lo pudimos ver por que éramos muy jóvenes y no nos dejaron entrar. Esto fue en 1969.
El boom del rock español se dio en Madrid. Nosotros llegamos allá y ya hacíamos ese sonido de Grand Funk, The Cream o del propio Hendrix. Teníamos esa influencia más que nada porque los portaviones norteamericanos atracaban en Mallorca y los marines nos enseñaban esa música mucho antes que se editen esos discos en España.
Aterrizamos en el 77, en Madrid, y en el 78 ya tocábamos ese sonido. Incluso con muchas influencias de lo que Rosa Negra sonó ocho años más tarde.
Cuando llegamos había un buen auge de rock, lo que pasa es que este sonido nuestro es difícil de tocarlo. Es duro, es hard rock. Oíamos a la banda Asalto, a Topo y a otras que no eran hard rock muy duro. Dos años más tarde todo cambió. Empezaron a salir bandas. Cada una con su estilo, era un sonido parecido, pero no igual. Muchas estuvieron con el sello (disquera) Chapa.
El que unas se sostengan más que otras en la escena, es como siempre pasa en esto. La influencia en Madrid es que la empresa Chapa estuvo cerca con varias agrupaciones como Santa, Sobredosis, Obús, Barón Rojo. Nosotros fichamos por CBS. Chapa se volcó muy fuerte con las bandas locales. Tuvieron más movimiento sobre todo a la hora del cambio del vinilo al CD. Eso sirvió de mucho a algunas. A nosotros el quedarnos con la firma que estábamos, así como otras, si nos perjudicó un poco. Nuestro material no se editó o remasterizó en discos compactos que estuvieron muy de moda posteriormente.
Uno de los temas por los que conocimos a Rosa Negra en el territorio ecuatoriano fue “Espejo del agujero”. Sin dudas una súper canción que pegó durísimo por acá, sin embargo, ¿Cuál es el mensaje que se da con esta composición? ¿Quién es el autor de la letra y en qué contexto se dio la creación de la canción?
El tema “Espejo del agujero”, ícono de la banda, desde que se compuso la vimos como un reflejo nuestro. Hice la música. La letra salió rápido y fácil. Habíamos vivido una historia que nos impactó mucho: la de un chaval (muchacho) que se nos pegó. Nos fue contando su vida y eso me dejó impactado.
En mi familia somos 5 hermanos, tres de ellos nos dedicamos a la música. Empezamos y el apoyo de ellos fue total. Esta historia del joven era cruda. Me parecía difícil que alguien podía vivir eso. La canción es un hecho real y poetizado.
La canción es el reflejo de la miseria. El espejo es donde te puedes mirar y ver lo que pasa adentro de ti. El agujero es la profundidad, lo más mísero y degradante. “Espejo del agujero” define hasta dónde puede llegar la miseria del ser humano. Tiene signos reales y partes que son sacadas de algo vivido. Es un tema del cual es difícil alejarse de cuando se grita: “Madre” y lo haces de esa manera, con esa necesidad de tener a tu madre, pero no la has tenido. De odiarla y a la vez necesitarla. Es una sensación que se puede aplicar a muchas cosas en la vida. Ese odio que a veces es una necesidad. Es un echar de menos. Es el temor a la soledad. Tiene un mensaje filosófico y describe una historia patética y muy dura. La canción salió redonda. No faltaron muchas palabras. Es ese sentimiento de odio, pero sobre todo de abandono. Es dedicada a tanta gente abandonada y perseguida. Es una especie de credo que hemos respetado, alabado, tocado y cantado con orgullo. El mensaje final es de dar ánimos, esperanza y fe, así como compartir lo difícil que es el camino de la vida.
Los orígenes de la banda se remontan a los años 70. Hubo varios nombres de por medio, algunos músicos en el camino y sin duda iniciaron con muchos sueños por delante. ¿Sientes que ya cumplieron todo lo que anhelaban? ¿Falta algo aún por hacer?
La historia empieza en el 73 con tres hermanos y varios músicos adicionales que nos han acompañado en todas las formaciones. En Mallorca estuvimos del 73 al 77. En esos años pudimos crecer, reconocernos como músicos y venir a la península para grabar discos y dejar huellas.
La banda nace como Rosa Negra después de haber pasado varios años tocando. Los inicios reales se dan del 73 al 83. Se presenta a la compañía el grupo, creen en nosotros, en nuestro proyecto y nos apoyan. Pasado el tiempo, vimos que CBS, en España, fue una empresa que quiso apoyar el rock como lo hizo la firma Chapa Records. Dos años estuvieron luchando por conseguir a personas influyentes. No lo consiguieron y dejaron todo. El primer disco fue apoteósico. En el 85 sale esa producción, en el 86 el otro, pero de repente nos dejan. Nos dicen que el rock ya no les interesa. Nosotros teníamos un contrato de 5 años con la empresa. No podíamos usar el nombre. Además, una historia de haber cambiado de nombre por diez veces. Acabábamos de salir y éramos jóvenes, pero había gente que nos veía como “perros viejos”. Teníamos un antecedente bueno. Hicimos discos que no nos identificaban porque así lo pidió la disquera. No era lo nuestro.
Del 80 al 83 se grabaron varios trabajos con otros nombres de bandas. Aprovechamos estar en esa compañía porque había músicos de sesión de alto nivel. Calculo que grabamos 15 discos con otros artistas.
Esto de que la empresa ya no quiso trabajar en el rock y con nosotros hizo que cayéramos en una espera. Debíamos aguardar a ver cómo se solucionaba esto. De repente nos fuimos cada uno por su lado. Mis hermanos fueron a Mallorca y otro compañero a Suecia. Caímos en una espera, en un stand by.
Tardamos 20 años en volver. En 2012 arranqué otra vez con la idea. Esto por la invitación para participar en un festival en Murcia, con varias bandas extranjeras y españolas. Nos dio ánimo volver tras observar cómo la gente cantaba nuestros temas. Decidimos regresar. El disco RN19732013 es un material de mucho riesgo para nosotros en lo musical. Con rock de los 80, el sonido y esa frescura y algo más novedoso a la vez. Si hubiera sido un vinilo, la cara A habría sido con las canciones del tipo de los 80 y la cara B con las nuevas ideas de 2013.
De ahí hicimos en 2021 el disco “Maadre”. Hay varios miembros que no están, entre ellos el batería Jorge, quien es mi hermano. Nico Martín estuvo en la grabación, pero no en los conciertos. En la banda estoy solo. Nico se volvió a unir recientemente.
¿Qué trae la banda musicalmente hablando o qué trae Tony León a su presentación en Guayaquil? Esta ciudad no es la mejor plaza para la escena rockera del Ecuador, sin embargo, preferiste aterrizar por acá ¿Por qué?
Lo de Guayaquil tiene muchas connotaciones. En el 84 teníamos un mánager que a la vez era de Barón Rojo y de otras bandas. Ya sabíamos que se escuchaba a Rosa Negra en Ecuador, México y otras naciones.
Tenía interés de venir a Ecuador sin saber por qué. Conocíamos que se escuchaba nuestra música. Cuando volvimos en 2012 y 2015, gracias a las redes sociales, en Spotify vimos que donde más se escucha a la banda es en México, Madrid, Quito, Guayaquil, Lima y otras ciudades. De pronto nos nace la idea de venir a esta zona donde tenemos seguidores. Es un público que te valora. Ese es el mayor regalo que te pueden dar, más allá del dinero o del concierto. Ese es el boom del músico.
Ya lo intentamos y no se pudo. En esa ocasión a través de las redes nos conocimos con Paolo Monroy, en Ecuador. Con él hablamos sobre la música, le mandamos los discos, etc. Es un seguidor fiel de la banda. Lo mismo hicimos con personas de otros países. El mánager se puso en contacto con él para concretar esta tocada, sin embargo, no se logró. El tiempo ha seguido, sacamos este disco y un día hablando con Paolo me ofreció traerme a mí. No cuajó en ese momento. El disco estaba funcionando bien. En otra ocasión volvimos a hablar con Monroy y me puse a pensar: “por qué no ir”.
Nunca es tarde. Todo fue muy rápido, parece que el momento de hacerlo era ahora. Me dejé llevar. Si la banda no puede ir, entonces puedo avanzar yo. Se presentó la idea de ir y ya está.
Yo llevo el alma de Rosa Negra, la voz y las guitarras. No tiene nada que ver que vaya la banda completa. No es lo mismo, pero la ilusión puede a ciertas situaciones. Creo que va a ser bonito. Tengo esa ilusión atrasada de llevar las canciones de Rosa Negra a Guayaquil. Es una decisión bien tomada y voy a llevar toda la energía que pueda para compartirla con los seguidores de la banda.
¿Está cercano el retiro definitivo o aún tenemos Rosa Negra para varios años más?
Nos han dicho que algún día lo dejaremos. Yo digo que no lo dejamos en el 86. Hubo un stand by. Se quedó en el aire, pero aparecimos 20 años después sin la sensación de haber terminado el proyecto. Salimos con el disco “Maadre”, pero viendo el entusiasmo de los temas y el feeling en cada detalle. Esto me ha hecho descubrir que voy a “morir con las botas puestas”, es decir en la banda. No hay fecha ni límite para Rosa Negra porque la música en el mundo no tiene límites. Es como el arte. Mientras haya salud e ilusión no hay final. Malas noticias para los que esperan un punto final o retirarnos. Hay bandas que anuncian sus despedidas y se aprovechan de eso. Nosotros hemos vuelto y podemos seguir. Lo hemos podido combinar con nuestras labores reales. No dependemos de los ingresos de la música. Por eso podemos estar de largo. Esta brecha que abrimos en Guayaquil es un detalle importante para nuestra trayectoria. Veo a la banda tocando en América próximamente. Seguro que no muy lejos. Ojalá pueda ir la banda completa. Ojalá Guayaquil abra la puerta para el continente. (I)
Portada y fotografías: Cortesía de Tony León, lider y vocalista de Rosa Negra