La alta sensación térmica que bordeó entre los 35 y 36 grados en Guayaquil, no fue un impedimento para que los fieles de La Atarazana, ciudadelas aledañas y de otros sectores, se sumen al Viacrucis organizado por los grupos religiosos de la parroquia Señor de la Buena Esperanza.
Solo unos minutos después de las 09:00 comenzó la caminata por las 14 estaciones que rememoran la muerte de Jesús.
El padre Alfredo García y un grupo de diez pequeños estuvieron al frente de la procesión. Un poco más atrás estuvo la imagen de Cristo, en la cruz.
Atarazana Go! pudo conocer que hubo tres propuestas de recorridos, sin embargo, el padre García eligió la más extensa y que a la vez debía pasar por los tres hospitales del sector: el de Solca, el Roberto Gilbert y la maternidad Alfredo G. Paulson.
El objetivo fue transitar lo más cerca posible de donde están personas enfermas y en algunos casos abandonadas o desprotegidas.
La primera estación se ubicó en la manzana B-4 de la familia Hernández-Pólit. Aquí fueron recibidos por la señora Cecilia Pólit viuda de Hernández, una de las vecinas más queridas y respetadas en este sector de La Atarazana. Ella, además, es una ferviente colaboradora en todas las actividades de la parroquia.
La caminata prosiguió por los bloques y las diferentes manzanas donde se instaló el resto de estaciones.
En todo el trayecto, jóvenes que integran el Ministerio de Músicos de la parroquia entonaron cánticos en honor a Jesús.
Entre ellos estuvieron: Brian Zhicay y Franklin Lojano, en las guitarras, y Valeria Aguilera, Graciela Zhicay, Estéfani Morales y Andrea Maldonado, en las voces. Fernando Morla fue el responsable de dirigirlos.
El móvil que trasladó los parlantes lo condujo Mario Almeida.
En la primera hora del recorrido no se presentó un sol intenso, pero sí hubo mucha humedad. Hacia las 11:00, el astro rey salió en todo su esplendor.
Los feligreses usaron parasoles para protegerse de los rayos. En varias ocasiones, niños y adultos se mojaron sus cabezas para mantenerse frescos.
Familias enteras de La Atarazana se unieron en esta caminata de fe que ya es una tradición en la ciudadela.
El destino final de la procesión fue el parque de La Concordia. Ahí se ubicó la última estación.
El padre García emitió unas palabras y agradeció a todos por su presencia.
Algunos vecinos se quedaron un rato más en el parque y otros se dirigieron a sus casas. Seguramente para degustar la deliciosa fanesca que se consume por estos días. (I)
Portada, fotografías y videos: Atarazana Go!