A finales de la década del setenta se instaló la primera Iglesia Evangélica de La Atarazana. Se ubicó en una casa esquinera de la manzana C-3. Sus fundadores fueron los misioneros norteamericanos Elam y Doris Stauffer junto a sus 2 hijos adoptados: Gloria y Luis
El templo, por diferentes razones, dejó esa morada y se trasladó a un espacio esquinero más grande frente a la manzana H-3 y luego unas cuadras más adelante al actual donde ya cumplieron aproximadamente 10 años
Miguel Pino (52) es ahora el líder de la iglesia Jesús El Buen Pastor donde se concentran entre 60 y 70 personas, en determinados días, para participar de reuniones espirituales y otras actividades a beneficio de la comunidad.
“Antes eran más de 100 personas las que nos congregábamos, pero por la partida de algunos a otras ciudadelas o fuera del país, el número se redujo”, manifestó este guayaquileño que a la vez es maestro de inglés en dos instituciones.
El sitio donde se encuentran ahora perteneció antes a otra iglesia, ¿cómo se produjo eso?
Solca expropió el terreno donde se llevaban a cabo nuestras reuniones. Con los recursos que nos entregaron compramos de inmediato esta infraestructura que era de los Testigos de Jehová.
¿Desde hace cuántos años lidera este templo?
Ya llevo 10 años. Toda mi vida he sido cristiano evangélico. Incluso con mi esposa Ivonne Mendoza, nos casamos por esta religión. Para acceder al rango de pastor estudié y me preparé con mucha dedicación.
El país y el mundo aún enfrentan una mortal pandemia, ¿qué hizo este grupo religioso en los días críticos?
Al igual que todos, nos encerramos en nuestras casas para precautelar la salud de nuestras familias. Las reuniones se suspendieron y nos comunicábamos por medio de las herramientas tecnológicas existentes.
¿La congregación perdió miembros?
Sí, cuatro personas perdieron la vida por efectos del coronavirus. Es una situación irreparable no solo para las familias, sino para nosotros también.
¿Cómo ayudaron a esas personas en esos duros momentos?
Nos unimos para darle todo el apoyo posible. Nos organizamos de diferentes maneras para estar ahí junto a ellos y expresarles que, a pesar de su dolor, no se encuentran solos.
¿Qué se viene ahora que empiezan a flexibilizar las medidas?
Estamos haciendo lo que dicen las autoridades. La capacidad es limitada y todos a cumplir las medidas de seguridad.
¿Qué pasó con las actividades que tenían programadas para los próximos meses?
Todo quedó suspendido. Era preferible precautelar la salud de la mayoría. Esperemos que la situación mejore para volver a comenzar. (I)
Fotos: Miguel Castro/Atarazana Go