Una fiesta de fe y de regocijo espiritual hubo el domingo 16 de julio, en La Atarazana.
Los festejos por el aniversario número 52 de la parroquia Señor de la Buena Esperanza culminaron ese día con varios eventos, en los que participó la comunidad; así como distintos actos litúrgicos, a los cuales asistieron centenares de devotos.
Todo aquello fue después de la tradicional novena realizada la semana anterior, en honor al patrono de la ciudadela, y también tras un festival de coros que se llevó a cabo el sábado 15.
En esta última actividad participaron el Coro Juvenil de Czestochowa y el de la iglesia local.
El domingo, desde las 09:00, hubo un intenso movimiento en el parque de La Concordia, contiguo al templo católico.
En este lugar se instaló aproximadamente una decena de vecinos y fieles de otros sectores de la ciudad, para ofertar comida criolla, postres y bebidas.
Además, un grupo musical juvenil vinculado a la parroquia animó el evento e interpretó las melodías más representativas del género conocido como rock latino.
Temas del vocalista Andrés Calamaro, de la banda Soda Stereo y de otros exponentes de habla hispana formaron parte del repertorio.
En cuanto a los platos, el caldo de salchicha, el llapingacho, el encebollado, los bolones y los bollos de pescado estuvieron en la carta principal.
La oferta de postres consistió en tortas de chocolate, naranja y vainilla, dulces de las tres leches, quesos de leche, y otros.
Un importante flujo de consumidores hizo el gasto a estos emprendedores gastronómicos y se acomodaron en las bancas del parque o en las mesas instaladas para los comensales.
Este festival de comida tradicional se extendió hasta después del mediodía.
La otra jornada
Ya en la tarde, cerca de las 16:00, empezó la procesión con la imagen del Señor de la Buena Esperanza. Este acto estuvo encabezado por el padre Alfredo García.
Más de un centenar de feligreses, muchos de ellos de la tercera edad, recorrieron las principales calles de la ciudadela entonando cánticos y rezando.
Al paso de la imagen, dos devotas lanzaron pétalos de distintos colores.
Fue un acto emotivo, pues muchos transeúntes que se encontraron con la procesión se detuvieron para mirarla, se persignaron y hasta rezaron el padrenuestro.
Los moradores, desde las ventanas y balcones, observaron en silencio el paso de la marcha religiosa.
Luego de casi 40 minutos de recorrido, el prelado y todos los que participaron en la procesión regresaron a la iglesia.
A las 18:30 empezó uno de los actos más importantes de la fiesta de aniversario: la misa solemne, a cargo del monseñor Gustavo Rosales, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Guayaquil.
Hubo un lleno total en el principal templo de La Atarazana.
Un poco antes de las 20:00 se dio inicio al festival artístico, en donde participaron varios cantantes. Ellos interpretaron diferentes géneros musicales, como baladas, boleros y otros.
El público aplaudió cada canción, algunas fueron coreadas e incluso hubo vecinos que se animaron a bailar.
En paralelo hubo la venta de morocho y postres, así como arroz con menestra y carne asada.
El cierre de las festividades parroquiales se dio con el lanzamiento de fuegos artificiales desde la terraza de la iglesia. Fue el momento culminante de toda una semana de celebraciones, en las que predominaron la fe y la reflexión. (I)
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