Tántalo es un personaje de la mitología griega, alrededor del cual giran distintas historias. Algunas bastante oscuras y crudas.
La legendaria banda guayaquileña de thrash metal Demolición tomó ese nombre que identifica a uno de los tantos hijos del dios del Olimpo, Zeus, para el primer disco de su carrera: El Deseo de Tántalo.
Esta producción, a cargo del sello 300 Records, era esperada desde hace varios años por la comunidad rockera del país. Sí, aquella escena metalera que hasta ahora recuerda con furor los inmortales temas “Noviembre negro” y “Divino designio”.
Detrás de este trabajo hay un sinnúmero de situaciones muy complejas que ha atravesado la banda integrada hoy por Leonardo Piedra (fundador y baterista), César Cevallos (vocalista), Luis Fernando Fabara (bajista), Renatto Zerega y Alejandro Suntaxi (guitarristas).
Los lectores de este artículo se preguntarán ¿qué tiene que ver Tántalo con el disco de Demolición?
Para entender la relación, primero hay que revisar lo que fue el suplicio del también rey de Lidia, según la mitología de ese país del sureste europeo.
Cuenta la leyenda que este personaje era invitado, continuamente, por los dioses a grandes banquetes, y en una ocasión quiso corresponderles de manera similar.
Convocó a esas deidades, no obstante, los alimentos se iban consumiendo y a Tántalo se le ocurrió ofrecer a su hijo Pélope, para saciar el hambre de sus visitantes. Es así entonces que el muchacho fue descuartizado y cocinado. Al percatarse los dioses de eso, Tántalo fue enviado al inframundo, cerca de un árbol y una alberca, que retrocedían cada vez que él intentaba alcanzarlos.
“Ese sufrimiento de Tántalo lo quisimos plasmar en el disco. Demolición vivió una especie de maldición. Existían muchos temas que quisimos grabar desde antes, pero algo pasaba y se dañaba o se destruía lo que ya teníamos. Dejamos de lado esas canciones y decidimos empezar desde cero. Quisimos sobrepasar esa maldición, ya que nos sucedía casi lo mismo que a este personaje mitológico”, expresa Luis Fabara.
Leonardo añade otro suceso que -incluso- puso en riesgo su integridad. Él sufrió un percance que lo mantuvo en cama durante un buen tiempo.
“Tuve una época muy difícil. Estuve postrado tras un accidente y no sabía si volvería a caminar. Sentía rabia, por cuanto las cosas no salían como queríamos. Ya teníamos el boceto de El Deseo de Tántalo y me dediqué a escribir. Acumulé muchas ideas y quien se encargó de darles forma a las letras fue César”, dice Piedra.
Una mutación musical
Desde julio, el sello 300 Records promociona la venta del nuevo material de Demolición, junto a un póster y otros artículos.
Se trata de una edición limitada de trescientas copias cuyo valor es $ 35.
En lo musical -para los integrantes de la banda-, este trabajo refleja una mutación hacia otras ideas.
“Nos metimos en este nuevo estilo. Siempre pensamos que podemos hacer algo diferente”, recalca Leonardo.
Para sus compañeros guitarristas Renatto Zerega y Alejandro Suntaxi, El Deseo de Tántalo constituye un logro que les ha costado un arduo trabajo de años.
El primero de los citados cree que estacionarse en una sola sala de ensayos (Demoli Studios) los ayudó bastante, pues en el pasado migraban de un lugar a otro y eso les generaba inestabilidad.
En cambio, Suntaxi -el más joven del quinteto guayaquileño- acumula un sinnúmero de emociones entre ellas, por la evolución hacia el sonido que decidieron implementar en este producto.
De su parte, Cevallos, quien era fanático de Demolición desde hace años, revela que jamás imaginó convertirse en la voz de este esperado trabajo.
El Deseo de Tántalo estaba compuesto hace aproximadamente cuatro años, pero no se había plasmado en un CD. Antes, la banda produjo el demotape Demolición (1989) y dos singles “Ultimátum” (2018) y “Tiempo final” (2019).
La canción “Ultimátum” se constituye a la vez en el primer videoclip oficial del grupo. Tiene cerca de 7 minutos de duración y casi 3.500 reproducciones en el canal de YouTube.
Un producto de 8 temas
El disco de Demolición contiene ocho canciones: “Mamotreto”, “Obscuridad interna”, “Grito sin voz”, “El deseo de Tántalo”, “Tiempo final”, “Tres pilares”, “Ultimátum” y “Un día más”.
Algunas de ellas, desde hace cinco años, están colgadas en la red YouTube.
Los temas fueron mezclados en el Sanctuary Studio, de Fort Lauderdale, en Florida.
“Es un digipak de la más alta calidad. Hasta el CD es dorado”, asegura Óscar Prado, productor ejecutivo y discográfico.
En la portada aparece Tántalo, sentado, con una capa roja y un objeto en su mano izquierda.
La tapa -así como todo el diseño- es una creación del artista Octavio Andrés Córdova. En tanto que la diagramación y el retoque de fotos los hizo Betsy Pesántez (300 Records).
En el booklet o folleto, a más de varias imágenes del grupo captadas por Marcos Correa Gómez y las letras de las canciones, hay una leyenda que le da ese toque mitológico y a la vez humano a El Deseo de Tántalo.
“Este álbum es un referente del lado más obscuro del ser humano, el mismo que a través de sus actos, en su infinita vanidad, odio, envidia y ambición, constantemente ha amenazado con heredar a las nuevas generaciones un mundo caótico y despiadado.
Pero también este material ha sido inspirado en todos los seres que por situaciones naturales o trágicas hoy ya no nos acompañan, pero anhelaron con su alma este trabajo terminado, a las víctimas de la pandemia del covid-19 y a todos los que logramos sobrevivir a esta nueva prueba de supervivencia”.
Leonardo, Renatto, Luis Fernando, César y Alejandro lograron al fin cumplir ese viejo anhelo de presentar el primer disco de la banda.
En unas ocasiones luchando contra la corriente y en otras contra la mala fortuna.
Quizás hasta los mismísimos doce dioses del Olimpo intercedieron ante el destino para que esto se haga realidad. (I)
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