La última edición de este tradicional concierto guayaquileño puso en escena varias cosas interesantes, durante la tarde y noche del sábado 3 de diciembre.
Por ejemplo, los grupos Sagaz, Primate, Umbral de Muerte y METALQUIL tocaron por primera vez en la ciudad, temas de sus últimas producciones.
Este día también fue el estreno como vocalista de una banda de rock pesado -en este caso del género doom death metal- de Sandy Cuesta (Umbral de Muerte).
Otro punto favorable de esa jornada, en el local de Extrabajadores del Banco La Previsora, lo constituyó la presentación de la banda ambateña de black metal: Mutilated Christ.
El corpse paint (maquillaje de cadáver) de los seis integrantes, la utilería colocada en el escenario y la cruda voz de William Morbo, le dieron un toque siniestro al Noviembre Negro. Es imposible que alguien no haya quedado impactado con el poder que soltaron los tungurahuenses.
Un hecho más que atrajo la atención de quienes acudieron al show fue la combinación entre músicos de METALQUIL y de Wild Sex, en la interpretación de dos canciones.
Una situación que amerita destacar es el esfuerzo que hizo Andrés Naranjo, vocalista de Sagaz, quien se subió al escenario, a pesar de encontrarse en un proceso de recuperación por una delicada cirugía a la que se sometió en días pasados.
El público
Desde las 15:30 empezó a llegar el público hasta el local de los extrabajadores bancarios.
No hubo una concurrencia masiva como en todos los otros conciertos que organiza Paolo Monroy, pero sí la suficiente como para disfrutar de cinco bandas de distintos géneros.
Puede haber distintas hipótesis respecto a este tema. Una de ellas, por ejemplo, que al siguiente día se presentaban los ingleses Venom, en el Quito Fest. Es posible que muchas personas se hayan desplazado hacia la Capital, para estar ahí con los reyes del black metal.
Otra, que entra al análisis, es que diciembre es un mes en que los ciudadanos -entre ellos los rockeros- se cuidan en sus gastos suntuarios y prefieren destinar el dinero a otros fines. Y así pueden surgir muchas más teorías. Lo único cierto es que quienes acudieron disfrutaron al 100% de cada banda.
Sagaz y Primate, en la apertura
Cerca de las 16:15, la banda liderada por Andrés Naranjo saltó al escenario.
Debido a las afectaciones en la salud del cantante, la agrupación no pudo ensayar todos los temas de su nueva producción: “El poder del rock”.
El guitarrista Jonathan Torres no participó de este recital y su reemplazo fue Kevin Bohórquez.
El repertorio estuvo compuesto por las canciones: “Sueños medievales”, “La 4”, “El poder del rock” (tema de estreno en compañía de Adrián Naranjo), “La última gran batalla” y “Sagaz”.
Durante su show, Kevin Bohórquez e Isaac Díaz tocaron sendos solos de guitarra, en diferentes momentos, que desataron el aplauso de los presentes.
Hace mucho tiempo que no se veía esto en un concierto de rock de la urbe.
Tras casi 40 minutos en el escenario Sagaz concluyó su presentación y de inmediato el trío guayaquileño Primate subió a la tarima.
Un breve ajuste en los instrumentos y la banda liderada por Christian Solís empezó a tocar su tradicional introducción instrumental.
El clásico “Basura”, cuya letra tiene un mensaje de rechazo a la clase política ecuatoriana, fue la segunda pieza en interpretarse.
De ahí siguieron “Preso del humo”, “Quién vive”, “Fragmentos de mí”, “Miseria” (nueva canción) y “Clama venganza”.
Sagaz y Primate recibieron los aplausos de los presentes, en sus respectivas intervenciones.
Sonidos oscuros y crudeza
Hacia las 18:00, Umbral de Muerte se apoderó del escenario. En el grupo se produjo el estreno como cantante de rock pesado de Sandy Cuesta. Antes había estado solo en coros colegiales. Ella lució un vestido negro y botas grandes del mismo color. Su estilo es de mezzosoprano.
El grupo que lidera el guitarrista Sergio Morales tocó las canciones “Inmersión oceánica”, “Invierno solar”, “Ancestro del mar”, “Exterminio”, “Insomnio interior” y el nuevo tema: “Litio”.
En varios pasajes del show, Sandy danzó con un velo oscuro. Lo agitó en el aire y también se lo colocó sobre la cabeza. Junto a Sergio combinaron las voces en los temas. Esta tocada generó muy buenos comentarios entre quienes vieron por primera vez a Umbral de Muerte.
Black metal ambateño
Un pentagrama invertido y dos cráneos de bovinos colocó la banda Mutilated Christ, para su presentación en el Noviembre Negro.
Además, todos los integrantes lucieron sus rostros pintados al estilo de cadáveres (corpse paint) y capuchas.
Sus temas se basan en letras crudas en contra de la religión. La voz gutural de William Morbo es poderosa y violenta.
“Emperor antichrist”, “Insantificación”, “Total war”, “Blood of bastard”, entre otros fueron las canciones que interpretaron los tungurahuenses.
“Las composiciones van en contra de las religiones que son el caos, la plaga y el cáncer de la humanidad”, dijo William en una charla con Atarazana Go!
Mutilated Christ llegó a este evento, tras veinte años de no haber venido a Guayaquil.
Los metaleros porteños despidieron con largos aplausos a los ambateños. Incluso, algunos se tomaron fotografías con los músicos.
Un cierre combinado
Finalmente, la banda anfitriona del Noviembre Negro saltó a la tarima con Paolo Monroy a la cabeza.
METALQUIL tuvo dos novedades: la presencia de Kirk Jackson, en la guitarra, y la de Danny Mendoza, en la batería.
Monroy saludó al público antes de empezar a cantar y de inmediato tocaron el veloz tema “Autodestrucción”.
“Asesino en serie”, “Ciudad sin ley” (harcore punk), “Futuro sin final”, “Así se forjó el metal” y uno de los himnos de la agrupación “Deben morir”, formaron parte del repertorio.
El concierto se dio en el marco de la presentación de las canciones del último disco de METALQUIL: “Hermanos del Rock & Roll”.
Luego de ello, subieron al escenario los guitarristas Luis Rivera y Jefferson Gómez, así como el baterista Carlos Cobos, todos fundadores Wild Sex.
Junto a ellos Paolo cantó: “La historia del rock” (compuesta en 2004) y “Don’t stop the fight”, de los británicos Fastway.
El Noviembre Negro terminaba y Monroy agradeció a los presentes. “No estuvieron muchos, pero sí los mejores”, sentenció antes de abandonar el escenario.
Entre el público había una fan especial de METALQUIL: Sahori, la hija de Paolo, quien disfrutó de cada tema de la banda e incluso lució la camiseta del disco: “Hermanos del Rock & Roll”. (I)
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