Una gala inolvidable. Solemne y altiva. Así fue la que tuvieron, a inicios de agosto, los Contadores Públicos Bachilleres en Ciencias de Administración y Comercio, del Colegio Nacional Francisco de Orellana, promoción 1970-1971.
El evento estuvo cargado de mucha emotividad, de camaradería y de gratos recuerdos.
Diecinueve exalumnos del plantel -que en esa época se ubicaba en las calles Chiriboga, entre Boyacá y Chimborazo- se encontraron otra vez.
El motivo: conmemorar el aniversario número 50 de su graduación.
Muchos no se reencontraban desde hace varias décadas. Otros solo se habían visto de manera esporádica.
Hasta la sede del Centro Social Loja, en la ciudadela la FAE, llegaron acompañados de sus esposas: Washington Álvarez, Víctor Cruz, Luis Flores, Carlos Guerra, Luis Maingón, Homero Rivas, Ángel Silva, Manuel Vaca, Esteban Viteri, Orlando Cedeño y Kléber Gómez.
De igual manera, lo hicieron: Jorge Carvajal, Carlos Díez, José Jordán, Raúl Laínez, Jonás López, Miguel Ocaña, Fernando Vargas y Manuel Reyes.
Todos participaron de la ceremonia prevista para la ocasión, pero también bromearon, rieron, bailaron, cantaron y disfrutaron como en sus buenos tiempos.
La gala
Cerca de las 21:00, empezaron a arribar los contadores públicos orellanenses.
En la puerta de ingreso al local, así como en el salón principal, fueron recibidos con calurosos abrazos, por parte de sus compañeros.
Esteban Viteri llevó sobre sus hombros la conducción de la ceremonia. Lo hizo de una manera impecable y con la seriedad que ameritó el acto.
Dio la bienvenida a sus eternos amigos y a las esposas de estos.
La interpretación del Himno del Colegio Nacional Francisco de Orellana dio la apertura a la velada.
Los primeros gritos de: “Vivan los contadores orellanenses”, retumbaron en este recinto, perfectamente adornado para la noche.
De inmediato, Luis Flores, presidente de la confraternidad, se acercó al estrado y ofreció el acto a los presentes.
En su intervención, de aproximadamente cinco minutos, se refirió al aprendizaje del conocimiento -por 6 años- para luego formar parte de la población económicamente activa del país.
“Esta etapa nos trae recuerdos desde la enseñanza impartida por los maestros, la disciplina, la puntualidad, la recreación, las actividades culturales y las deportivas. De aquí nació el compañerismo, la amistad, las galladas y la hermandad que se ha fortificado con el tiempo”.
Posteriormente, Carlos Guerra leyó un acta de graduación general, con los puntajes y los nombres de los educadores que firmaron ese documento.
Este acto simbólico trasladó a los presentes hasta el momento exacto, en que conocían las notas con las que se graduaban como Bachilleres Contables.
Recordando a quienes partieron
A continuación, se dio uno de los actos más conmovedores de la noche: el minuto de silencio para recordar a aquellos compañeros que partieron a la eternidad.
Fueron momentos de sensaciones encontradas, de recordar a aquellos amigos del alma con los que compartieron situaciones imborrables, para los entonces adolescentes.
Por las memorias de todos, quizás volvieron a rememorar los rostros y las ocurrencias de: Shubert Barriga, Pablo Gutiérrez, Osvaldo Lozano, Gustavo Maridueña, Galo Medina, Carlos Lascano, Tomás Merino, Óscar Reyes y Miguel Sigcho.
Video, brindis y fiesta
La noche y el evento continuaron con la toma de la fotografía oficial de la reunión y luego con la proyección de un video, en el cual aparecieron imágenes antiguas y actuales de los compañeros orellanenses de la promoción 1970-1971.
Luis Maingón fue en el encargado del brindis para conmemorar las bodas de oro de la graduación.
Concluida la programación inició el baile con las célebres cumbias “La pollera colorá”, “Las brujas”, entre otras.
En ese periodo, se entregaron recuerdos a las esposas de los asistentes, así como entre los compañeros. También degustaron de una deliciosa cena.
Fueron momentos épicos, en los que, sin dudas, la mayoría de los orellanenses evocó aquellas fiestas de su adolescencia, los cumpleaños de cada uno juntos y demás celebraciones en grupo.
Luego vino la presentación del grupo Los Sinvergüenzas, quienes interpretaron los mejores temas del ayer.
Las canciones más famosas de Sabú, Boddega, Los Pasteles Verdes, Chiquetete, Albert Hammond, Los Iracundos, Los Ángeles Negros, Leo Dan, Solera, y otros, fueron coreadas a todo pulmón y con mucho sentimiento en el salón.
En el segundo set de baile hubo temas tropicales y casi al final un espacio para el rock’n’roll y el swing.
Varios de los bachilleres contables y sus parejas demostraron sus extraordinarias cualidades en estos géneros. Eran las melodías que bailaron en su juventud.
La fiesta llegaba a su fin cuando el reloj se aproximaba las 02:00
Lo que nunca va a terminar es la hermandad y el cariño mutuo entre estos profesionales del más alto nivel, que son y continúan siendo el ejemplo para sus descendientes. (I)
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