Más de un millar de roqueros disfrutaron a lo largo de casi 16 horas de presentaciones de diferentes bandas de rock, durante dos días, en la plaza Guayarte. Esto en el marco del festival Resistencia Huancavilca, una propuesta cultural y musical que contó con el apoyo de la Dirección de Turismo del Municipio de Guayaquil.
Del evento celebrado entre el viernes 5 y sábado 6 de julio hay varios aspectos para el análisis. En su mayoría muy positivos para la escena rocanrolera local.
El principal: la masiva asistencia de la comunidad metalera de Guayaquil y su solidaridad llevando alimentos no perecibles para personas de escasos recursos. Es de resaltar la presencia de roqueros que arribaron de otros cantones como Tenguel.
Otro punto fundamental es la predisposición de las agrupaciones para presentarse en un espacio poco usual para estos eventos.
Hubo largas horas de hermandad y de camaradería entre amigos. Entre ellos había algunos que no se reencontraban desde hace algún tiempo.
El primer día
Si hay algo que caracteriza a la mayoría de los conciertos de rock en Guayaquil es la impuntualidad. El Resistencia Huancavilca no fue la excepción.
De acuerdo al flyer que distribuyeron los organizadores, las tocadas debían iniciar a las 16:30, pero ello no se cumplió.
Encima de eso un percance técnico complicó las cosas y el festival recién pudo iniciar a las 17:35. Ya para esa hora había al menos un centenar de personas en la plaza principal de Guayarte.
Ransomless (modern metal) se encargó de la apertura y lo hizo bastante bien. No solo tocaron sus canciones, también dieron un espectáculo que fue del agrado de los presentes.
En los temas “Sueño Mortal” y “Marioneta”, dos agraciadas chicas con llamativos trajes (Génesis Ibarra y Adriana Quichimbo, respectivamente), se encargaron de danzar al ritmo de esas melodías.
Ese fue un valor agregado muy bien planificado y aplaudido con fuerza por la gente. Se trató de la única agrupación con una propuesta artística distinta.
Luego le correspondió el turno a KILL. Su recital se convirtió en la primera dosis de energía y poder del festival.
Ya en ese momento, unas 250 personas se deleitaron con los temas interpretados por Violeta Silva. La conexión con los asistentes fue inmediata. Ella domina bien el escenario y al final de cuentas fue la única vocalista de sexo femenino en todo el Resistencia Huancavilca.
Las horas transcurrieron y con ellas los recitales de Makinavaja, Vaginal Herpes, Repress y otras.
Luis Rueda era de las atracciones del evento para ese día. Hace solo unas semanas había dado un show que convocó a muchas personas.
Los roqueros cantaron y bailaron en cada tema.
Las presentaciones del porteño son de un nivel muy alto. Su talento, experiencia y el trajín de algunas décadas, dentro y fuera del país, se evidencian cuando se apodera de la tarima junto a sus compañeros de la banda.
Para este momento la plazoleta estaba repleta. Al menos entre 500 y 600 personas se congregaron frente al escenario y a sus costados.
Le correspondía presentarse a Moral Abajo, sin embargo, aquello no pasó. El escaso tiempo que tenían para su tocada no los convenció.
Es entonces cuando subieron al escenario Julio y Daniel Salame, José Jiménez y Gabriel Ávila, de Notoken. La euforia nuevamente se activó.
El hardcore punk de la banda, así como el recorrido de su frontman por toda la tarima, elevaron la adrenalina a altos niveles.
La gente mosheó, cantó y pidió canciones.
La histeria fue colectiva y contagiosa, no obstante, el repertorio preparado en los ensayos tuvo que recortarse.
Las autoridades municipales que estuvieron presentes señalaron que por ahora la jornada debía terminar y así fue.
La noche del viernes del Resistencia Huancavilca concluyó con dos escenas: una de un sujeto increpando al organizador del recital, Juan Ávila, ante la mirada de los guardias y de las pocas personas que estaban al pie de las barandas metálicas.
La otra escena fue más agradable: José “Chivolo” Jiménez, voz de Notoken, interactuó con un pequeño en la tarina. Hubo risas y juegos entre ambos. Es la forma en que debió concluir la noche.
Segundo día
La jornada del sábado también tuvo atrasos para empezar. La escena del día anterior fue similar en este, pero la gente igual llegó y copó otra vez Guayarte.
Era el turno de Ningún Cool, Venereal, Curetaje, Lancelot, Demolición, Incarnatus y otras.
Se presentaron problemas de sonido, pero los músicos tocaron y la gente reconoció ese esfuerzo. De a poco, cada una de las agrupaciones se encaramó en el escenario, conectó sus equipos y arrancó con su recital.
En este día hubo bandas de sonidos y letras extremas. Asimismo, los asistentes pudieron escuchar el power metal de Lancelot y la tocada de una de las bandas más esperadas por todos: Demolición.
La agrupación fundada por el legendario baterista Leonardo Piedra interpretó temas de su disco “El Deseo de Tántalo”, una producción de altísimo nivel musical y cuyo CD es una verdadera pieza de colección.
El sábado debía tocar Severo, pero los músicos liderados por Byron Alvarado no se presentaron. Horas antes, en su cuenta de Facebook, publicaron un comunicado en donde se disculparon y atribuyeron el hecho a asuntos internos de la agrupación.
El black metal de los portovejenses Legión (28 años en la escena) generó mucha algarabía. A los transeúntes no roqueros les llamó la atención el corpse paint (pintura de cadáver) de los músicos.
El trío Curetaje también mostró su fuerza habitual a pesar de las falencias técnicas. Lo mismo Incarnatus, la agrupación liderada por Sergio Sánchez y con un largo recorrido dentro de lo más oscuro del metal porteño.
El cierre definitivo del festival estuvo a cargo de Aztra y su metal andino. Su show se dio en el marco de la gira La voz del águila is back.
El grupo trabaja en un nuevo disco y ya planifica recitales dentro y fuera del Ecuador.
Los parlantes se silenciaron casi a la medianoche y los centenares de asistentes abandonaron Guayarte extasiados.
A más de las donaciones también vale la pena destacar la asistencia de los integrantes de varias bandas que no tocaron en el Resistencia Huancavilca. Entre ellas están: Profecía, Arius, Metal Brain, Primate, Nada Especial y otras.
El movimiento Tenguel Metal estuvo presente en Guayarte. Érick Bernabé, Mario Engracia, Stewart Villalta, Carlos Castillo y Juan Asencio viajaron durante casi 3 horas hasta el Puerto Principal para ver la tocada del sábado.
El evento también fue muy favorable para los bares de la plaza y para los casi 35 emprendedores que montaron pequeños kioscos con diversos productos.
Los organizadores anunciaron que esta fiesta metalera de dos días se repetirá en 2025. Incluso, no descartaron la posibilidad de traer a una agrupación internacional. Solo resta por esperar la convocatoria. (I)
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