Desde el jueves pasado y de manera silenciosa uno de los vecinos más antiguos de La Atarazana cambió la imagen del parque de La Concordia.
Diógenes Franco, reconocido escultor guayaquileño y morador de la manzana G-1, tomó su escalera, una brocha, trapos y pintura, y adecentó el monumento en homenaje a las madres, que se encuentra en el centro de este espacio público.
Lo hizo por iniciativa propia. Fue un acto de amor a la urbanización donde reside, desde hace 45 años, junto a su familia.
“Vi que estaba abandonada la escultura. Entonces decidí darle mantenimiento. Primero la limpié y luego procedí a pintarla incluyendo su entorno”.
Franco recordó que el mundo se encuentra en la víspera de conmemorar el Día de la Madre y ello también fue una motivación más para intervenir en la efigie.
“Es posible que muchas personas vengan al parque y les va a resultar muy agradable que vean restaurado al monumento en honor a las mamás”.
Diógenes es conocido en Guayaquil por haber sido el escultor de obras famosas como el Juan Pueblo que está en el Malecón, el bombero que se ubica en la avenida 9 de octubre y otras más.
Del mismo modo forma parte de varios grupos de trabajo con la comunidad, en la parroquia Señor de la Buena Esperanza, contigua al parque.
Franco hizo un llamado a los vecinos de La Atarazana, para que sumen esfuerzos y se adecente el parque más importante del sector.
“Es cuestión de ponernos de acuerdo entre todos. Ojalá se integren en algún momento”, sostuvo.
El parque luce más bonito en su zona central. La urbanización necesita del aporte de más vecinos como Diógenes. Él ha dado el primer paso. (I)
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