Los árboles que un día oxigenaron el aire y dieron sombra en la Unidad Educativa Fiscal Dr. Francisco Campos Coello se convirtieron en un verdadero peligro para los estudiantes y los maestros.
Cada mañana las autoridades del plantel encontraban en el piso ramas de todo tamaño. Ello fue analizado de inmediato, se evaluaron todos los potenciales riesgos y finalmente se tomó una decisión: retirar los troncos.
Los directivos del Campos Coello acudieron a las instituciones pertinentes, entre ellas el Municipio de Guayaquil.
Luego de efectuar los trámites pertinentes, el Cabildo envió la maquinaria y a una cuadrilla compuesta por cerca de 15 hombres la mañana del miércoles 26 de junio.
Desde temprano, un técnico a bordo de un carro canasta llegó hasta lo más alto de los árboles y empezó a cortar las ramas.
Entre media hora y 45 minutos se tomó en podar a cada uno. En tierra sus compañeros fueron los encargados de apilar todo ese material, para luego retirarlo en una volqueta.
El rector del establecimiento educativo, Eddi Zavala, afirmó que era necesario precautelar la integridad de los estudiantes, de los docentes y del personal administrativo.
“Estos árboles ya no representaban un beneficio, más bien se convirtieron en un peligro. Serán retirados y de inmediato plantaremos otros con las plantas que están en nuestro vivero”.
José Reyes tiene a tres nietas educándose en el Campos Coello. Está consciente que los troncos no tenían vida y, por el contrario, sus restos podían caer encima de cualquier persona.
“Estamos de acuerdo con esta decisión. Nuestros chicos estaban en un riesgo inminente”.
El personal municipal cumplió con su consigna ese día y en las autoridades del Campos Coello hay más tranquilidad.
El miércoles se suspendieron las clases por esas labores, pero se retomaron el jueves en medio de un ambiente de seguridad para todos. (I)
Portada, fotografías y videos: Atarazana Go!
