Vacíos. En una sola palabra se define la cruda realidad de los bares que se identifican como rockeros en Guayaquil.
Este año, en medio de la crisis sanitaria y las restricciones sociales derivadas del covid-19, estos negocios -cuya base son las presentaciones en vivo entre viernes y sábado- enfrentan una desigual batalla para mantenerse con vida. El final de esa lucha y sus consecuencias son inciertos.
Uno de ellos, Kruger Rock Bar, ubicado en la calle Panamá, a pocas cuadras de la zona bancaria, sucumbió hace unas semanas. Simplemente no pudo resistir más.
La falta de clientes en este local, con casi tres años de funcionamiento, debido a las restricciones dispuestas por las autoridades ante la pandemia, terminó con su existencia.
Es decir, la escena rockera perdió un recinto. Y no es que sobren establecimientos de este tipo en la Perla del Pacífico.
Otros similares, como Revólver Rock N’ Grill (La Garzota) y Diva Nicotina (Las Peñas), luchan por sostenerse.
Cada uno de ellos tenía un promedio de 8 shows por mes.
En el caso de Diva, la administración se quedó con todo listo para un recital del cantante mexicano Noel Schajris, quien perteneció al dúo Sin Bandera.
Ese y otros eventos similares se suspendieron en su mayoría, y con ello se redujo la venta de alimentos preparados, cervezas y cocteles.
Como una estrategia para atraer a la clientela, los dos bares repotenciaron la oferta gastronómica en los últimos días.
El tradicional local, ubicado en las faldas del cerro, apostó por los shawarmas, mientras el que está asentado frente al Garzocentro decidió sumar a la carta regular los moros y el arroz con menestra acompañados de diferentes carnes. Antes, en su menú solo había múltiples variedades de piqueos.
Fernanda Zapata (42 años) es la propietaria de Revólver, que en junio cumplió 17 años. Ella es una rockera de pura cepa y admite que la situación del negocio es complicada.
Por primera vez, hace unos meses, incursionó en la venta de desayunos, caldos, humitas, bolones y platillos similares, con el fin de mantener los flujos de ingresos para el pago de arriendo y los servicios.
No le fue del todo bien por cuanto en la mañana es más difícil acceder a los potenciales consumidores en su negocio.
“Entre septiembre y octubre hubo ligeros cambios favorables, pero los recitales aún tenían limitaciones de público”.
Revólver tiene una capacidad para 80 personas, sin embargo, en estos días no llega ni la tercera parte de ese número de fanáticos del rock.
Zapata extraña los días de tocadas, el ver a la gente rockeando, a sus amigos cantando o ella integrándose en esa algarabía con sus clientes y allegados.
Las pocas presentaciones que programa este establecimiento son ahora los miércoles, a partir de las 21:00.
“El futuro es incierto. Todos esperamos ver qué pasará más adelante. La única perspectiva que tengo es salir adelante”.
Adiós a Schajris
En diciembre, Diva Nicotina tenía previsto “botar la casa por la ventana”. Sí, tal como reza ese dicho popular cuyo mensaje de fondo es gastar o invertir mucho dinero en una acción o festejo especial.
Su fiesta de aniversario no sería sencilla. Para conmemorar los 17 años de creación, el bar había avanzado negociaciones para traer al exmiembro de Sin Bandera.
Norman Recalde, organizador de eventos de ese sitio de diversión nocturna, manifestó que tenían todo listo para el arribo del cantante mexicano.
“Habíamos planificado invertir una buena parte de las ganancias en traer a un vocalista de lujo. Todo se frustró”.
El también vocero del bar dijo haber conversado con muchos de los músicos que tocan en el local, y la mayoría atraviesa problemas en estos días.
“Para todos es doloroso. Nos piden espacio, y es duro decir que no podemos”, menciona Recalde.
El centro que administra junto a su madre tiene un área de bar y una sala de conciertos. En total la capacidad es para 120 personas, sin embargo, actualmente no arriban más de 30.
El local que empezó como un espacio para que cantautores nacionales promocionaran sus composiciones, se transformó después en un sitio en el que bandas y solistas hacían covers de otros artistas famosos.
“Con mi mamá charlamos de planes, pero no podemos hacer algunas cosas. Un músico es una inversión, es difícil compartir taquilla hoy. Nos toca aflojar algo económico; es decir, un valor fijo”.
Diva Nicotina, a más de recibir ingresos por las presentaciones en vivo, tiene una carta variada de comidas y piqueos, a los que incorporó el shawarma, hace unas semanas.
Norman manifiesta que por $ 5 las personas pueden ingresar al local y servirse un sánduche con una cerveza.
“No nos podemos dar el lujo de revisar los precios. Las empresas proveedoras nos han dado más tiempo para pagar, pero ninguna redujo los valores”.
El objetivo de superar este 2020 las presentaciones en vivo de años pasados, quedó como un anhelo frustrado.
El sitio donde estuvo el mítico cantante argentino Charly García, en 2009; como también el compositor ecuatoriano Mike Albornoz, quien se presentó decenas de veces para rememorar sus temas ochenteros y noventeros, no baja los brazos y se las ingenia para mantenerse en pie.
Norman y su madre no pierden las esperanzas. Y, seguramente, tampoco sus fieles clientes.
Este fin de semana, una vez que las autoridades modificaron las medidas de restricción debido a la pandemia, ambos bares retomarán las presentaciones en vivo.
En Diva Nicotina, Marlon Ruiz presentará el sábado, a las 21:00, un show acústico de rock latino.
Por su parte, Revólver ofrecerá dos recitales. Este viernes 20 de noviembre, Los Barbasónicos rendirán un tributo a bandas como The Beatles, The Rolling Stones, Oasis, U2 y otras; en tanto que el sábado 21, Yamil Chedraui y Daniel Rodríguez cantarán las mejores melodías de Héroes del Silencio. Ambos conciertos empezarán a las 20:00, en sus respectivos días. (I)
Fotografías y videos: Miguel Castro/Atarazana Go!
Nota: Este reportaje fue hecho unas horas antes que el Municipio modifique. otra vez. las disposiciones en torno a la venta de bebidas alcohólicas en Guayaquil.
