Dos de las mejores voces de la escena rockera nacional se escucharán en la producción de un EP que lleva adelante la banda guayaquileña Sagaz.
Érick Álava (Profecía) y Paolo Monroy (METALQUIL) acudieron, en días pasados, al llamado de Andrés Naranjo y de Jonathan Torres, vocalista y guitarrista, respectivamente, del grupo que avanza en este proyecto.
El Cuarto del Tiempo, como se denomina el estudio que dirige Xavier Soto, en Miraflores, fue el epicentro de las grabaciones.
Naranjo y Torres fueron los primeros en arribar a la sala. No perdieron ni un minuto. Revisaron lo planificado, hicieron unos leves ajustes y de inmediato Andrés comenzó a cantar en la cabina.
A pocos metros, Jonathan lo escuchaba con unos audífonos y le daba algunas instrucciones a su compañero de la banda, así como a Soto.
Torres es exigente. Ese es su modo de trabajar. Quienes lo conocen saben que es un apasionado por el perfeccionismo. Así es como se ha educado. Ningún detalle se le escapa.
Para este músico, que empezó con el piano en su niñez y años más tarde se obsesionó con la guitarra, no importa cuántas veces sea necesario repetir los tramos de una grabación. Simplemente debe quedar impecable.
Una y otra vez camina hasta el sitio donde se encuentra Xavier. Al paso, le hace recomendaciones a Andrés. Es el productor del EP y sobre sus hombros recae la responsabilidad de evitar errores.
Luego de trabajar durante aproximadamente una hora, Naranjo y Torres concluyeron con esa parte de la grabación, y comenzó una sufrida espera por la llegada de Érick y de Paolo.
Álava debía venir desde su domicilio en la vía a la Costa, y en la tarde el tráfico por ese sector simplemente es infernal.
Monroy, en cambio, se encontraba en su tienda Rockquil, que se ubica en el Malecón 2000.
Debido a la lluvia, le fue difícil encontrar un taxi y tuvo que caminar por varias cuadras hasta hallar uno. Se mojó la camiseta y los zapatos, pero tenía un compromiso con Sagaz.
El tránsito desde el centro de la urbe hasta Miraflores fue un caos ese lunes de grabaciones.
Álava fue el primero en arribar a El Cuarto del Tiempo. En los exteriores de la vivienda fue recibido por Andrés, Jonathan y Xavier. Todos se preguntaban sobre el paradero de Paolo.
Lo cierto es que había que empezar, así que el grupo entró a la sala; todos revisaron la letra de la canción y de inmediato pusieron manos a la obra.
Con la característica voz gutural con la que canta en su banda Profecía, repitió una y otra vez las estrofas que le correspondían. Érick ya es experimentado en estos trajines. No en vano el grupo que lidera se encamina a los 28 años y es uno de los referentes en el thrash death metal de Ecuador.
Casi noventa minutos después, y tras atravesar media ciudad en un terrible embotellamiento, apareció el fundador de METALQUIL. Si hay algo que caracteriza a este porteño es su buen humor, y es lo que reflejó apenas se bajó del vehículo que lo trajo hasta la sala de Soto.
Monroy tampoco es novato en estos menesteres. La banda de este guayaquileño de cepa se alista a cumplir 15 años. Lo hará en grande con el lanzamiento de un disco en formato de vinilo, solo para coleccionistas.
Además de empresario, también es el organizador de conciertos referentes de Guayaquil, como el Headbangers Attack o el Noviembre Negro.
Precisamente en uno de los shows que hace Paolo, el denominado Heavy Metal is the Law, se prevé presentar el trabajo de Sagaz. El evento está programado para el sábado 14 de mayo.
Una vez con el cantante adentro, comenzaron a grabar su voz. Monroy, al igual que Érick, puso todo su profesionalismo para esta iniciativa.
La presencia de ambos vocalistas en este trabajo de Sagaz es más que loable. Es digna de aplaudir y de imitar. Paolo y Érick aportaron este día para el tema “La venganza del hombre muerto”.
Además de esta canción, Andrés grabó “Rising force” (versión en español) y “Quiero”.
En el estudio no todo fue canto. Hubo risas, bromas y tiempo para charlar de diferentes temas. Afuera de la sala se escuchaban los truenos que acompañaron a la torrencial lluvia de ese día.
En medio de una camaradería del más alto nivel, también hubo un espacio para fumarse un cigarrillo y hasta para degustar una Coca Cola con unas papas fritas.
Las horas pasaron y las canciones quedaron listas. Jonathan y Xavier revisaron una y otra vez todo lo realizado.
Andrés aún evalúa el contenido exacto del EP. Lo que tiene en mano es varias grabaciones suyas y una poderosa canción junto a Érick y Paolo. Este tema, seguramente, va a dar mucho de qué hablar en la escena metalera de Guayaquil y ¿por qué no? de todo el Ecuador. (I)
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